Ocurrió de forma dolorosa, inesperada e indeleble;
todo se volvió angustia e incertidumbre.
Fueron días difíciles, estaban agobiados.
Veintiún días que se eternizaron, hasta volverse finitos.
Volvió, se abrazaron y lloraron juntos.
Las heridas comenzaron a sanar y los miedos a desaparecer.
Los habían estremecido.
Sólo quedaba renacer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario