30 abril, 2011

Flaneur

Salgo de mi casa, son las seis, siento el calor del sol en mi rostro y el frìo del viento del atardecer. Comienzo a caminar y observo a las personas que pasan por mi lado. Algunas se ven cansadas, otras felices por el paseo del dìa anterior, y otras simplemente no se ven.
Camino lento y contemplo con atenciòn el juego de un grupo de niños. Esto me hace recordar cuando yo tenìa ocho años. Me detengo por un minuto. Reflexiono sobre las cosas de ese tiempo que ya no estàn. Comienzo a correr, muy ràpido, casi con desesperaciòn, como tratando de recuperar lo perdido. Ya no veo nada, sòlo siluetas.
Ya con màs tranquilidad regreso a mi casa, y me encuentro de casualidad con mis amigos de infancia, nos miramos con ternura. Estoy ahì frente a ellos, y a la vez no lo estoy. Creo que la amistad no se ha perdido, o al menos los recuerdos. Quizà lo ùnico que hemos perdido es la inocencia y vivir sin preocupaciones.

16 abril, 2011

Miti-Mota

- Iba bajando y me acordè de la manzana. Le preguntè a un caballero ciego que pedìa plata en la escalera si la querìa, y me dijo que sì. Se me olvidò decirle que era verde.

- Me subì y saquè el libro de mi mochila. Un señor me preguntò si querìa sentarme y le dije que "no gracias", pero se parò igual. No se bajò en la estaciòn siguiente.

10 abril, 2011

Còmo Descubrir a un Extraterrestre en el Metro

"Primero tiene que desechar algunos prejuicios. Piercings, tatuajes, cabelleras fluorescentes o ropa estrafalaria no son signo alguno de provenir de otro planeta. Fìjate mejor en otras cosas. Por ejemplo: los que viajan sentados en el piso (son yoghis intergalàcticos), los que se rìen solos (atento, tienen armas de rayos), los que viajan con ojos cerrados y los mueven bajo los pàrpados (son telèpatas, estàn procesando los pensamientos de la gente alrededor), o los que leen (es una patraña... los libros son en verdad una ventana al hiperespacio). Cuìdate de los que leen. Son los màs peligrosos."


Juan Eduardo Figueroa

04 abril, 2011

Tiempo de Espera

Iba escuchando mùsica con volumen relativamente moderado,
sin embargo, fue imposible no escuchar a la joven de mi derecha,
que con tanta emociòn le preguntò a la persona que estaba al otro lado de su telèfono:
¿Ya naciò?
Por su cara, notè que . Colgò el telèfono y siguiò sonriendo hasta bajarse en no sè que estaciòn.
En ese momento, no pude dejar de imaginar la emociòn que yo sentirìa cuando me avisaràn de tu llegada.