El tiempo pasa, corre y se agota.
En cualquier momento se detendrá.
Nadie sabe cuándo será el día.
¿Y después qué pasará?
Una vez ya se detuvo por algunos segundos.
¿Y si no hay otra vez?
Los sonidos se ensordecieron,
sólo había espacio para las imágenes,
las sonrisas y sus rostros.
Y por el suyo corrió una lágrima,
y el espacio se hizo pequeño.
Mi mano se posó en su hombro,
y en mi garganta se alojó un nudo.
Pensé en cuánto la extrañaría,
y el nudo aún está.