Estaba sentada, creo.
Y la micro parò.
Habìamos llegado al metro.
Todos bajaban, menos una señora.
Estaba en silla de ruedas.
Me quedè de las ùltimas con otra joven, y entre las dos bajamos la rampa que pesaba mucho.
La señora bajò. No sè si llorando o con una mugre en el ojo.
Subì al metro con una sensaciòn algo diferente.
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