13 octubre, 2009

Apenas oì el sonido de su acordeòn, no pude dejar de mirarlo.
Se sintiò observado y se acercò a tocar cerca de mì.
Creo que ìbamos en la 503.
Terminò su canciòn, yo tenìa las monedas en mi mano.
Se acercò, y recibiò las monedas con un "hola".
Lo saludè y se bajò. Creo que en Pedro de Valdivia.