Su voz, se quebró Su cuerpo, se empequeñeció Su dolor, disminuyó Sus lazos, se fortalecieron Su paciencia, creció Sus ojos, aún en el fondo, seguían llenos de vida.
Del entusiasmo pasó al éxtasis. Del éxtasis al miedo. Del miedo a la claridad. De la claridad a la confianza. De la confianza a la calma. Y de la calma al ser.